Rahab: La prostituta con fe

Esta es la historia bíblica de Rahab: la prostituta con fe. La puedes leer completa en tu Biblia, en el libro de Josué, capítulo 2. Con esta historia nosotras podemos inspirarnos para creer a Dios aún antes de tener una experiencia con Él.

Esta mujer creyó solamente por los rumores que llegaban a su ciudad, sin embargo, por haber creído, grandes bendiciones divinas vinieron sobre ella y su familia. Vamos a la historia:

Vivía en Jericó, donde habían llegado las noticias de todas las maravillas que Dios había hecho con el pueblo de Israel. Este pueblo había caminado 40 años en el desierto después de salir de la esclavitud en Egipto. Dios les había dado la tierra de Canaán y la primera ciudad que iban a conquistar era precisamente la de Jericó.

Enviaron dos espías a explorar la ciudad para sondear las posibilidades que tenían. 

Esta es Rahab: La prostituta con fe

Ella creyó en Dios sin conocerlo, nunca antes tuvo una experiencia con Él. Solamente escuchaba las noticias de las maravillas que hacía con el pueblo de Israel, su pueblo escogido. No podemos negar que era una mujer de fe.

En Hebreos 11:31 dice: 

«Fue por la fe que Rahab la prostituta, no fue destruida junto con los habitantes de su ciudad se negaron a obedecer a Dios. Pues ella había recibido en paz a los espías». 

Te quiero comentar cinco consecuencias de la fe de esta mujer extranjera. 

1. Por fe hospedó a los espías hebreos.

Llegaron justamente a casa de Rahab y ella los hospedó ahí esa noche. 

Su fe es tan grande que valientemente recibe a dos hombres desconocidos. Además sabía que llevaban el encargo de reconocer la ciudad para tomarla. Aún así, aceptó el riesgo.

Y aquí es donde nosotras podemos aprender algo muy importante. La fe nos hace valientes y nos da la seguridad de que nada malo puede pasarnos cuando confiamos en nuestro Dios Todopoderoso. Con confianza podemos tomar riesgos cuando sabemos que el Señor y su Palabra está respaldando nuestras decisiones.

2. Por fe los escondió en la azotea. 

El rey se entera que dos hombres hebreos están en casa de la prostituta Rahab y le manda a decir que los entregara porque habían llegado a espiar el territorio. 

Ella decide no delatarlos y responde que los espías sí pasaron por su casa, pero que ya se habían ido. Además que no supo quiénes eran ni qué querían. Todavía les sugirió que los siguieran, porque seguramente los alcanzarían.

Lo cierto es que los había escondido bajo unos manojos de lino que tenía secando en la azotea de su casa. 

Cuando los hombres se fueron, inmediatamente subió a la azotea y les dijo: 

— Yo sé que Dios les ha dado esta tierra. Toda la gente junto con el rey tienen mucho miedo, porque nos hemos enterado de cómo su Dios les secó el Mar Rojo para que pasaran. También sabemos de los dos pueblos que ustedes destruyeron por completo en Sehón y Og. Reconozco que el Dios de ustedes gobierna en el cielo y en la tierra.

Aunque ella tenía miedo, su fe era más grande por todo lo que había oído. Estaba convencida que el Dios de Israel era el creador de todo cuanto existe. Sabía que su poder sobrepasaba el de los dioses de su gente. Quería conocer al Dios Omnipotente.

Ese es nuestro Dios, amiga. Nuestra fe nos tiene que llevar a reconocerlo y confesarlo como el que gobierna sobre todo cuanto hay. Por muy terrible que veas tu situación, elige declarar con fe que el Señor es el Rey de reyes que controla todo lo que te amenaza.

3. Por fe salvó a su familia.

Y sigue diciendo Rahab: 

— Yo les voy a ayudar a escapar, pero júrenme que salvarán mi vida y la de mi familia cuando vengan a tomar la ciudad de Jericó.

Entonces ellos prometieron salvarla junto con su familia. 

Antes de irse acordaron que toda su familia estaría reunida en la casa de Rahab el día que tomaran la ciudad. La señal en la casa sería la misma cuerda de color rojo que les sirvió para escapar esa noche. 

Dice la Biblia en Josué 6:22-23 que el día que tomaron la ciudad, lo primero que hicieron después que cayeron los muros, fue salvar a Rahab, la prostituta con fe, junto con toda su familia. 

4. Por fe los ayudó a escapar. 

Como la casa estaba construida en el muro de la ciudad, los bajó por una ventana con una cuerda. Y les recomendó que se escondieran en las montañas, por lo menos tres días. Así darían tiempo para que regresaran los enviados del rey que los andaban buscando.

Tenía que ser muy grande su fe como para confiar en dos desconocidos y dejarlos ir. 

¿Cómo podía estar segura que le iban a cumplir lo que prometieron? 

Es que cuando enfocamos la fe en Dios, nos da la certeza de que sucederá hasta lo que parezca más ilógico. La fe nos da la seguridad de recibir las promesas que están escritas en la Biblia.

5. Por fe puso la cuerda roja.

El simple hecho de colocar la cuerda en su ventana, era un gran acto de fe. La cuerda roja serviría para identificar su casa en el día de la destrucción de la ciudad.

Rahab estaba segura que el Dios de esos hombres iba a proteger su vida. Por eso, desde que los espías bajaron por esa ventana, permaneció el cordón rojo como señal de esperanza y confianza. 

Si ella no hubiera puesto esa señal en su ventana, no se hubieran salvado.

Amiga, nuestra fe nos tiene que mover a seguir las instrucciones que Dios nos da para alcanzar nuestras promesas. Muchas veces nuestra promesa no se concreta porque no damos ese paso de fe que se necesita. 

Conclusión

Qué aprendemos de Rahab: la prostituta con fe: 

Que para tener el favor de Dios no importa tu origen, ni tu condición moral, ni donde vives, ni a qué te dedicas. Lo que Dios quiere ver en tu corazón es la fe. No dejes de creer. 

¡Ah! Este no es el fin de la historia. Rahab se casó con Salmón y tuvieron un hijo llamado Booz. Booz se casó con Rut la moabita (lee la historia aquí). Rut fue la abuela del rey David; y Rahab: la prostituta con fe, fue la bisabuela.

Hermoso final, ¿no? Mira hasta dónde nos puede llevar una fe decidida y valiente mi querida cazadora de promesas.

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Que Dios bendiga tu vida abundantemente, tu amiga,

Lidia E. Cames

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