7 pasos iniciales para restaurar tu matrimonio
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4 noviembre, 2016En medio de la crisis Dios oye tu oración. Esta es una verdad que te ayuda a persistir en buscar el rostro del Señor. Cuando te encuentras en dificultades, Él siempre acudirá en tu rescate y traerá paz a tu alma.
«Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias». Salmo 34:17
No te canses de clamar a Dios, porque Él siempre contesta. El Señor no deja ninguna oración sin contestar.
Levanta tu clamor, creyendo que verás pronto tu respuesta. Insiste en acercarte al trono de la gracia con la confianza de alcanzarás la ayuda oportuna.
La Palabra de Dios dice que Él oirá tu clamor y que te quitará toda angustia que te mortifica. Anímate, Dios oye tu oración y te dará respuesta oportuna. No dejes de depender de su gracia.
Tienes que saber que odavía no has vivido los mejores días de tu vida. Dios traerá tiempos de refrigerio y descanso en su presencia. Tu clamor es oído en el cielo.
Por otro lado, siempre deseamos que Dios nos resuelva el problema o que cambie las circunstancias para que estemos contentas.
Pero lo que Él nos promete en este pasaje es librarnos de la aflicción. El Señor nos librará del dolor, la angustia y la preocupación.
En cambio, nos llenará con su paz para estar firmes esperando que Él obre con poder sobre las situaciones difíciles que estamos viviendo.
Cree que Dios oye tu oración
El deseo de Dios es que tú seas libre de todas las preocupaciones y aflicciones. Debes saber El Señor tiene para ti planes de bien y no de mal: La prueba no durará para siempre, la aflicción tiene un límite.
Tu oración sincera y con fe es la que marca el final del dolor.
Dios te va a librar, pero necesitas insistir en su presencia, porque Él anhela escuchar tu voz y ver tu corazón totalmente confiado en Él.
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Así que no dejes de ir ante su trono, muéstrale tu fe decidida: una fe que no se da por vencida.
Oramos:
«Amado Padre, gracias por todas las bendiciones que recibo de tu mano y por tu grande misericordia con que me has rodeado.
Hoy rindo a ti todo mi ser: mis pensamientos, mis emociones y mis sentimientos. Reconozco que he permitido que me invada la preocupación y la angustia, te pido perdón porque dejar que las circunstancias me atemoricen.
Pero yo creo que tú siempre vienes en mi ayuda, Señor, clamo a ti para que me libres de todo el dolor y aflicción que me roban la paz y pongo en tus manos todos mis problemas y situaciones difíciles.
Gracias, mi Dios, porque has escuchado mi oración y sé que este día veré mi respuesta. Recibo tu paz, con la confianza de que tú te harás cargo de todo aquello que yo no puedo solucionar. En el nombre de Jesús».
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Deseo que Dios te guarde siempre bajo su protección, tu amiga,
Lidia E. Cames
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1 Comment
Amén, Dios es bueno y miserivordioso.