No te rindas

Querida cazadora de promesas, el mensaje de hoy es para animarte a que no te rindas ante los problemas que se te presentan en la vida. Espera siempre tu bendición.

Hoy puede ser el día en que el Señor te va a sorprender. Que tu actitud sea de espera en Él, una espera gozosa, porque a Dios le agradan sus hijas que nunca retroceden porque ponen toda su esperanza en Él.

«Pero nosotras no somos de las que retroceden para perdición, sino de las que tienen fe para preservación del alma» Hebreos 10:39 (Paráfrasis personal)

Pero cuando aparecen las dificultades, lo primero que humanamente se nos ocurre es retroceder. Nuestra boca se abre para decir que ya no es posible, que todo está perdido o que no tiene caso seguir esperando en el Señor.

Una solución para que no te rindas ante los problemas

Si desistimos cuando aparecen las circunstancias contrarias, estamos perdiendo la esperanza y nuestra fe comienza a deteriorarse.

Por eso la esperanza es necesaria para que la fe no se debilite.

NECESITAMOS PERMANECER EN LA ESPERANZA.

¿Qué es esperanza?

Hay un pasaje de la Biblia que nos reta a esperar en el Señor por las promesas que nos ha hecho. Te lo comparto:

«Esperar lo que ya se está viendo no es esperanza, pues ¿quién sigue esperando algo que ya tiene? Sin embargo, si esperamos recibir algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo con paciencia». Romanos 8:24-25 TLA

Casi siempre queremos ver el premio o la recompensa antes de creer. Con Dios las cosas funcionan distinto: Necesitamos creer y esperar aunque no veamos absolutamente nada.

Amiga, no te rindas porque no se trata de lo que estás viendo, se trata de saber que nuestro Dios Todopoderoso es fiel y que te ha elegido para bendecirte. Así que no hay gigante que no puedas vencer y no hay necesidad que no sea suplida.

Las promesas son fieles y verdaderas, necesitamos tener una actitud expectante cada día. Abrir nuestra boca para decir: «No importa lo que ahora veo, yo sé que las promesas de Dios se cumplirán y sigo esperando».

Que Dios te llene de alegría mientras esperas tu milagro. Que el Espíritu Santo te fortalezca para no rendirte ante las
circunstancias y te mantengas con expectativa.

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Conclusión

Cada día renueva tu fe y tu esperanza en Dios, si el día de ayer no llegó lo que esperas, vuelve a creer y esperar hoy. No te rindas ante los problemas, levántate y declara con fe:

Seguro que hoy se abre la puerta que estoy esperando.

Hoy obtengo ese empleo.

Esta enfermedad se va, porque soy sana por las heridas de Jesús.

Mi familia empieza a experimentar restauración.

Mi hijo regresa a casa.

Las deudas se cancelan.

Dale gracias a Dios por todo lo que te da cada día, espéralo todo de Él y no serás defraudada. No te rindas, sólo sigue esperando, porque Dios cumplirá.

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Que Dios fortalezca tu fe día a día, tu amiga,

Lidia E. Cames

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