No te rindas a medio camino
5 septiembre, 2015La restauración familiar solo viene de Dios
8 septiembre, 2015Una amiga nos escribe y nos cuenta su historia y nos plantea sus preguntas:
«Después de 26 años de matrimonio, con dos hijos jovencitos, mi esposo me fue infiel con una mujer de 25 años (él tiene 50).
Esto produjo en la familia mucho dolor, devastación, separación, y me pregunto: ¿por qué? Si tenía una bonita familia ¿por qué el ser que nos debía cuidar y proteger nos causó tanto daño?
Lo que más me duele ante todo es que mi hijo no se merecía este dolor. Mi esposo era su héroe y modelo a seguir, mi nena no sabe exactamente qué pasó pero también vive la tristeza de la separación.
A la fecha y después de 26 años de matrimonio, no me recupero, estoy devastada. Gracias de antemano por su atención y consejo.”
Respuesta:
Querida amiga:
Te abrazo, con un gran deseo de que tú y tus hijos puedan salir de ese dolor tan grande que están viviendo, con la ayuda de Dios.
La única respuesta que puedo dar a tus interrogantes, es que vivimos en un mundo caído donde abunda la maldad y Satanás siempre actúa de acuerdo a su naturaleza: matar, robar y destruir. Él odia la felicidad de los hijos de Dios y hace todo lo posible para causar daño. Además no respeta niveles sociales, culturales ni de ninguna índole.
En cuanto al dolor, decepción y confusión que estás viviendo, quiero decirte que tienes un Dios amoroso que puede sanar y traer consuelo a tu corazón herido. Mira lo que promete en su Palabra:
«Los sanaré y haré que disfruten de abundante paz y seguridad». Jeremías 33:6 NVI
Dios lo hará amiga, pero como en toda enfermedad, cuando vas a consultar al médico, necesitas aplicar el tratamiento que te recomienda. Nuestro Padre nos receta la mejor medicina que hay para estos casos: el perdón.
El perdón es necesario para ser libre de todas esas emociones y sentimientos que ahora te lastiman. No se trata de que vuelvas a vivir con tu esposo si tú no lo deseas… Se trata de que tu corazón sane.
Te sugiero una oración como guía para que perdones en la presencia de Dios. Léela aquí.
Después que hayas perdonado, tendrás que abrir tu corazón a Dios para que sane tus heridas y ahí Él meterá su mano de amor y poder para que empiece tu proceso de sanidad. Puedes ver una guía para esto, aquí.
Las heridas toman tiempo para sanar, pero si tú perseveras en el perdón y en entregarle al Señor tu corazón cada día, pronto estarás sintiendo alivio de todo ese daño que recibiste. Te sugiero que cada vez que los recuerdos vengan, decidas decir con tu boca: ‘Yo ya perdoné, Señor… sana mi herida’.
Otra cosa que te va a ayudar mucho es orar por tu esposo y por la persona con quien se relacionó… bendícelos en el nombre de Jesús… Ya sé que no quieres orar por ellos, y mucho menos bendecirlos, tu naturaleza humana tal vez desee que les vaya muy mal (yo también sentiría eso); pero bendecirlos es una acción que te ayudará a ti, no a ellos… Es para que tú tengas sanidad y salgas de esta situación.
Hay un libro cristiano, escrito por Sharon Janes, que se llama “La mujer de sus sueños”, podrías leerlo y tal vez encuentres algunas respuestas a tus preguntas del por qué sucedió esto en tu hogar.
Y por último: En el supuesto caso de que tu esposo te pida perdón con arrepentimiento… y tú desees luchar por tu matrimonio, te recomiendo que leas aquí.
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