Nada te podrá vencer
19 octubre, 2015Tenemos un Dios muy generoso
21 octubre, 2015Todas queremos que nuestras oraciones sean escuchadas por Dios, para que todas ellas tengan respuestas inmediatas.
Si tú eres como yo, tal vez andes buscando quién te dé consejos acerca de cómo orar.
He aprendido que la única dirección correcta sobre la oración y muchísimos asuntos más está en la Biblia, porque ésta es la Palabra de Dios, o como algunos le llaman: el manual de las instrucciones de Dios para tu vida.
En los versículos 2 al 14 del capítulo 18 de Lucas, Jesús nos deja algunas enseñanzas de la importancia de la oración y la forma correcta para orar.
El juez injusto y la viuda
«Había en un pueblo un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. En el mismo pueblo había también una viuda que tenía un pleito y que fue al juez a pedirle justicia contra su adversario.
Durante mucho tiempo el juez no quiso atenderla, pero después pensó: ‘Aunque ni temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, como esta viuda no deja de molestarme, la voy a defender, para que no siga viniendo y acabe con mi paciencia.’
Y el Señor añadió: “Esto es lo que dijo el juez malo. Pues bien, ¿acaso Dios no defenderá también a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Los hará esperar?
Les digo que los defenderá sin demora. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará todavía fe en la tierra?”». Lucas 18:2-8
Tres consejos para hacer oraciones efectivas
En este pasaje encuentro que el Señor nos da unas pistas para orar correctamente:
Primer consejo:
Orar insistentemente. Tienes que perseverar en la oración siempre. No te des por vencida, porque Dios responderá. El juez malo se tardó en ayudar a la viuda, por su maldad y arrogancia; pero nuestro Dios nos contestará pronto porque nos ama y porque Él es un Dios justo.
Aunque parece que se tarda, espera tu pronta respuesta.
Sólo recuerda que el tiempo para Dios es diferente al tiempo de nosotros. «Además, queridos hermanos, no olviden que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día» (2 Pedro 3:8). Lo que pasa es que Dios también espera a que vayas al siguiente de los tres consejos para hacer oraciones efectivas:
Segundo consejo:
Tener fe. «Les digo que los defenderá sin demora. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará todavía fe en la tierra?» (v. 8).
Fíjate bien: dice que no se va a tardar… “Pero” ¿cómo está tu fe? Es necesario orar con fe, esto significa que estás orando con la seguridad de que el Señor te escuchará y te responderá.
No vas a orar para “ver si Dios me quiere contestar”… ¡No! Tú vas a orar porque sabes que Él está con su oído atento y su corazón amoroso dispuesto para contestarte.
No importa lo que veas, oigas, pienses o sientas; no te permitas pensamientos de duda… Declara con tu boca cuantas veces sea necesario: “Dios responderá a mi oración sin tardar, porque yo soy su hija elegida”.
Antes de pasar al tercer consejo, leamos la siguiente parte de nuestro pasaje bíblico:
Otra parábola de Jesús
«Jesús contó esta otra parábola para algunos que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a los demás:
“Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma.
El fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.’
Pero el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!’
Les digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa ya justo, pero el fariseo no. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.” Lucas 18:9-14
Tercer consejo:
Tener una actitud humilde ante Dios, es el último de los consejos para hacer oraciones efectivas. Cuando te presentes ante Dios a orar es necesario que estés consciente y muy segura de su misericordia. Siempre acude a su misericordia.
Los dos personajes de este último pasaje tuvieron diferente actitud: El primero se apoyó en sus obras buenas que había realizado. El segundo sólo pedía compasión, confesándose pecador. Por supuesto que a Dios le agrada más la actitud humilde del segundo, porque a él fue a quien perdonó.
Pero hay algo que también quiero señalar: El cobrador de impuestos no se detiene por sus muchos pecados. Él no se fija en eso. Su mirada está puesta en el amor y la bondad de Dios, sabe que el Señor no nos trata como merecemos, sino de acuerdo a su gran misericordia y compasión.
Quiere decir que no debes apoyarte en lo buena que eres, cayendo en la soberbia. Pero tampoco te detengas por los pecados que has cometido, permitiendo la culpa. Sólo enfócate en la misericordia de Dios para contigo, ese es el principio fundamental de la humildad. Te aseguro que tu oración será escuchada y respondida, lo que sea que pidas.
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Empieza a aplicar estos tres consejos para hacer oraciones efectivas. Seguramente empezarán a fluir de ti con poder, siempre que vayas al Señor insistentemente, con fe firme y con la actitud de humildad que a Él le agrada.
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Amén