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16 julio, 2023Siempre me llamó la atención la historia de amor de Rebeca e Isaac, por las condiciones en que se conocieron y los hechos que le dan forma a este relato. Y te diré lo que pienso que fue Rebeca: Una esposa elegida en el cielo. Esta historia la puedes leer completa en el libro de Génesis 24.
Todo empezó cuando Abraham envió su mayordomo a su lejana tierra natal para buscarle una esposa a su hijo Isaac; confiando en que Dios le ayudaría en esta importante tarea. El mayordomo emprendió el viaje, con diez camellos cargados de regalos para la novia y su familia. Pero al llegar allá no sabía cómo elegir la chica correcta para Isaac, entonces, le pidió al Señor que le ayudara dándole una señal.
Él se encontraba en un pozo donde las mujeres de la ciudad iban a a sacar agua. La señal que le pidió a Dios fue que a la chica que le pidiera agua para beber, se la daría, pero también que ella se ofreciera a darle agua también a sus camellos.
Seguro ya te imaginas quién fue la chica bondadosa y servicial que le dio agua al mayordomo y sus camellos: ¡Adivinaste! Fue Rebeca. Dice la Biblia que era muy hermosa y tenía la edad suficiente para casarse.
Así que, después de las presentaciones, el mayordomo agradeció a Dios porque justamente la chica era de la familia donde le había enviado su amo Abraham.
Rebeca: Una esposa elegida en el cielo
Rebeca lo invitó a su casa, donde le dieron hospedaje y lo atendieron muy bien a Él y a sus camellos. El mayordomo les platicó que viajó hasta allá para buscar una esposa para el hijo de su amo quien era muy rico. También les contó de la forma en que Dios respondió a su oración que hizo en el pozo.
Acortando la historia: La familia de Rebeca reconoció que Dios fue quien guió al mayordomo y que la chica era, sin duda, la mujer que el Señor había elegido para Isaac. Por lo tanto, le preguntaron a Rebeca si estaba dispuesta a irse con el mayordomo. Y así, sin conocer al hombre con quien se casaría, ella aceptó y se la entregaron dándole una bendición poderosa para su vida, su matrimonio y sus hijos.
El mayordomo les dio todos los regalos que llevaba y junto con la muchacha emprendió el viaje de regreso. Dice la Biblia que Isaac amó profundamente a Rebeca y además fue un consuelo muy especial después de la muerte de su madre Sara.
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Lecciones que nos deja esta historia
Puedes aplicar a tu vida algunas lecciones de la vida de Rebeca: una esposa elegida en el cielo. Aplica para elegir esposo, para iniciar algún negocio, para servir a Dios y para cualquier cosa nueva y diferente que emprendas.
1.- Un carácter bondadoso y servicial como el de Rebeca, nos involucra en los grandes planes de Dios para bendición. Ni siquiera podemos imaginarnos de qué manera nuestra vida puede ser usada para cumplir los propósitos divinos.
Rebeca no se imaginaba que estaba dando de beber a los camellos que cargaban tantos regalos para ella y a su familia. Mucho menos que el dueño de toda esa riqueza sería su esposo y que la amaría tanto.
2.- Reconocer el plan de Dios delante de nosotras nos hace valientes. Cuando estamos seguras que un proyecto es lo que Dios nos ha preparado, siempre estaremos dispuestas a dejar nuestra zona de confort. No habrá temor de lo desconocido, porque sabemos que el Señor estará ahí a nuestro lado.
Rebeca supo que ella estaba destinada para Isaac cuando escuchó el testimonio de la oración del mayordomo. Por lo tanto no dudó ni un momento en aceptar la propuesta, aunque eso significaba dejar su familia, su tierra, sus costumbres y viajar a tierras lejanas.
3.- Siempre habrá una bendición sobre nuestra cabeza cuando fluimos en la voluntad de Dios. No importa qué tan drástico sea el cambio de rumbo, tengamos la seguridad de que si viene de Dios, seremos bendecidas y también nuestras generaciones.
Mira la tremenda bendición que se llevó Rebeca:
«¡Que seas madre de muchos millones! ¡Que tus descendientes conquisten las ciudades de sus enemigos!». Génesis 24:60 DHH
Conclusión
Amiga querida, tu situación quizá no sea igual a la de Rebeca, pero cualquiera que sea el caso, te aseguro que practicando la bondad y el servicio, aprendiendo a escuchar la voz de Dios, seguramente tendrás una grande bendición cuando decidas ponerte en línea con los propósitos de Dios para tu vida.
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Que Dios se haga visible en cada una de tus decisiones, tu amiga,
Lidia E. Cames
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