Adiós 2014
30 diciembre, 2014Dios estará contigo
31 diciembre, 2014¿Sabías que hoy tus decisiones trascienden hasta todas tus generaciones futuras?
Ya sea que tengas hijos o todavía no los tengas, el sueño de toda madre es tener hijos bendecidos, triunfadores, exitosos… La clave está en cada una de las decisiones que tú tomes hoy.
Está escrito en la Palabra de Dios:
«Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir! Puedes elegir esa opción al amar, al obedecer y al comprometerte firmemente con el Señor tu Dios. Esa es la clave para tu vida…». Deuteronomio 30:19-20 NTV
Casi todas las situaciones que vivimos a diario son resultado de las decisiones que tomamos. Y digo «casi» porque a veces también nos tocan las consecuencias de las decisiones de otras personas.
Tus decisiones trascienden a tus generaciones
Cuando las cosas no nos van bien, nos hacemos una pregunta que es muy común: ¿Por qué Dios permitió esto?
Algunas cosas no las permite Él, sino que son consecuencias de lo que hacemos nosotras.
Quizá te preguntes ahora: ¿por qué sólo yo? ¿por qué no su padre? Bueno, el caso es que en este momento Dios te está hablando a ti. Te aseguro que Dios ya se encargará del padre de tus hijos también, sobre todo a través de tus oraciones y tu testimonio.
Volviendo al punto, Dios no va a actuar en contra de lo que tú decidas, porque Él te creó con libertad de elegir y siempre tienes que recordar que lo que tú escojas el día de hoy tendrá repercusión en tus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.
Aún si no tienes hijos todavía, lo que tú hagas ahora está preparando las circunstancias que vivirán tus generaciones en el futuro. Ten cuidado al hacer tus elecciones, porque serán afectados de manera positiva o negativa. Inmediatamente o a largo plazo.
Dios hará lo que tú no puedes hacer. A ti te toca cambiar el destino de todas tus generaciones venideras. No es tarde. Todavía es tiempo.
Mientras vivas tienes la oportunidad de hacerlo. Dales una herencia de vida. Escoge el bien. Escoge a Dios.
Por lo tanto, vivamos hoy como queremos que vivan nuestros hijos después, porque esa es la mejor herencia que podemos darles.
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Lidia E. Cames
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