No tengo miedo

En el pasado dije muchas veces «no tengo miedo», sólo para darme valor a mí misma. Y otras veces grité «no te tengo miedo» para impresionar a los demás. 

Pero realmente siempre temblaba de miedo, porque no quería que me lastimaran o abusaran de mi persona.

El temor más grande era que las cosas se me salieran de control y al final saliera perjudicada.

A los pies de Cristo aprendí que yo sola no puedo dominar el miedo, sino que tengo que apoyarme en la ayuda de Dios y su Palabra.

Además de otras, esta es una de mis escrituras favoritas en este proceso:

«Así que podremos decir con seguridad: El Señor es mi ayuda ¿Qué daño puede hacerme un simple mortal?». Hebreos 13:6 PDT

Esta es una de las bendiciones de las que gozamos todos los que tenemos puesta nuestra confianza en el Señor.

No tengo miedo

Amiga, esta palabra es para que tú también la tomes y la creas. Porque muchas veces nuestro mayor temor es a lo que nos puedan hacer otras personas mal intencionadas.

Podrás pasar por situaciones comprometedoras y tal vez parezca que estás en gran peligro; pero tu confianza debe estar puesta en el Señor, que nunca te abandona. 

Siempre está cuidándote:

Durante el día, durante la noche, en tu casa, en la calle, en la escuela, en el trabajo, cuando viajas, cuando te amenazan, cuando enfermas. En todo tiempo y en todo lugar tienes una protección especial y poderosa que no permitirá que nadie te haga daño. 

No permitamos que el miedo nos robe la paz que nos ha dado el Señor. Recordemos siempre: Él es nuestro Ayudador.

Ahora confieso con fe y seguridad (no para darme valor ni para impresionar a nadie):

«El Señor es mi ayuda, no tengo miedo«.

Cada vez que el miedo te empiece a amenazar declara este versículos cuantas veces sea necesario hasta que tu confianza en Dios sea total.

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Que Dios te guarde y te proteja siempre, tu amiga,

Lidia E. Cames

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