Viene una eterna primavera para ti

Esa sensación de invierno en tu vida se termina mi amiga, viene una eterna primavera para ti, de parte de Dios. 

«Mira, el invierno se acabó y las lluvias ya pasaron. Las flores están brotando, ha llegado la temporada de los pájaros cantores; y el arrullo de las tórtolas llena el aire». Cantares 2:11-12

Se terminó la época del frío del alma provocado por la soledad o sufrimientos… Es tiempo de secar las lágrimas que han caído como lluvia sobre tu rostro.

Dios te llama a un nuevo tiempo, donde es necesario salir y ver lo nuevo que está empezando a brotar en esas circunstancias estériles que no te dejaban avanzar.

Es necesario que te quites el abrigo, la bufanda, las botas y todo lo que usabas para evitar que te congelara el frío.

Ya no te ocultes bajo las capas de culpa, temor, dolor o vergüenza. Deja que la luz de Jesús dé calor a tu alma, abre los ojos a las bendiciones que ahora están empezando a llegar a tu vida.

Viene una eterna primavera para ti

Se acabó el invierno de la prueba y la aflicción. Ahora empieza a arder en ti el fuego del Espíritu Santo que te llena de gozo. Abre tus oídos espirituales a esa nueva canción que Dios quiere escuchar de tus labios.

Recibe el amor de Dios que viene a dar nueva vida a tu alma y escucha su voz llamándote a nuevos niveles de intimidad con Él.

Decide que la primavera se quede para siempre dentro de ti. Así que no importa que afuera esté nevando: En tu vida siempre brillará el Sol de Justicia y el Señor siempre estará haciendo cosas nuevas.

Acércate a Él y déjate enamorar por su dulzura. Escucha sus palabras de amor que te habla en las Escrituras y experimenta a su lado una vida diferente y apasionante. Sin inviernos. Sólo primaveras.

Oramos:

«Señor, hoy decido dejar despojarme de todo lo que me impide disfrutar de tu luz y calor. Suelto en tus manos las viejas angustias, las culpas amargas, el dolor que lastima y los oscuros temores.

También dejo atrás todo aquello que me mantenía inmóvil e incapaz de recibir tu bondad y amor.

Abro mi corazón para recibirte, conocerte y seguirte. Anhelo vivir una primavera cálida y llena de colores para que cumplas tu propósito en mí. Gracias, porque me tomarás con tu mano poderosa me guiarás y me darás nueva vida. En el nombre de Jesús».

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Que Dios te llene de gozo por siempre, tu amiga,

Lidia E. Cames

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