Un consejo para quedar bien con la gente
4 septiembre, 2017Una promesa de consuelo
15 septiembre, 2017Había decidido no asistir a su fiesta de cumpleaños. Después de todo, Irene no la había invitado directamente… quizá dio por sentado que Claudia, su amiga del alma, al ser testigo de los preparativos de la fiesta, asistiría sin necesidad de invitación.
“Si no me invita no iré”, pensó.
Sin embargo, durante la noche el Espíritu Santo le recordó a Claudia que debía dejar a un lado el orgullo y actuar con humildad, de acuerdo a su condición de seguidora de Cristo.
Así que quiso agradar a Dios con su comportamiento y asistió a la fiesta.
Su amiga Irene andaba muy ocupada atendiendo a sus invitados… Claudia se acercó a felicitarla.
“¡Hola! Feliz cumpleaños”, dijo Claudia muy sonriente y extendiendo sus brazos para darle un abrazo.
Irene la abrazó apresuradamente al mismo tiempo que le decía:
“Gracias… Voy a traer los bocadillos a la cocina”, y desapareció.
¿Qué pasó?
«Ya decía yo que era mala idea venir sin invitación», se dijo muy lastimada, «estoy segura que ella no quería que yo viniera, por eso no me invitó».
Claudia estuvo un ratito más en la fiesta y después se fue a casa pensando con tristeza en el poco entusiasmo que Irene había mostrado hacia ella.
Le preguntó a Dios por qué sucedió así cuando ella estaba obedeciendo la instrucción del Espíritu Santo… La respuesta que le dio fue esta:
«Tú amas la justicia y odias la maldad; por eso Dios te escogió a ti y no a tus compañeros, ¡tu Dios te ungió con perfume de alegría!». Salmo 45:7 NVI
Meditando y orando este versículo, Claudia comprendió que si ella había elegido actuar de acuerdo a la justicia de Dios, no debía reaccionar con tristeza o decepción ante la conducta de Irene… Debía echar mano de la alegría especial que Dios ya había depositado en ella desde que aceptó a Jesús como su Salvador.
Dios te ha dado perfume de alegría
Amiga, esta palabra también es para ti y para mí. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado en situaciones parecidas a la de Claudia?
Esperamos mucho de las personas cuando hacemos lo correcto delante de Dios: un reconocimiento, un agradecimiento cálido o algo que nos motive a seguir haciendo el bien. Sin embargo, no siempre es así.
Pero Dios desea que pongas a funcionar el gozo que Él ya puso dentro de ti.
«En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: …alegría…». Gálatas 5:22 NTV
Desde el momento que decidiste amar lo bueno y aborrecer lo malo, Dios te ungió con perfume de alegría. Toma esto en cuenta cada vez que alguien te ofenda con su conducta.
Elige el gozo de Dios y no la tristeza del mundo. Alégrate porque tu decisión de hacer lo correcto te hace estar dentro del favor de Dios.
Perdona y desecha cualquier sentimiento o emoción negativa que te salga al paso… Bendice a tus agresores y ora por ellos.
El Señor te ha ungido con más alegría que a los que te causan daño… Te ha elegido para llenarte con su gozo. Eres privilegiada con una dosis mayor de contentamiento que tus compañeros.
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Que Dios te llene más de su gozo, tu amiga,
Lidia E. Cames
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