Obediencia y bendición

Al leer el título de este mensaje, quizá me digas: «Sí Lidia, ya sé que obediencia y bendición van de la mano» y casi sin respirar, me dirás también: «¡Pero a mí se me hace muy difícil!».

Ahí es donde yo te contesto: «Ya sé, porque a mí también me cuesta la obediencia en algunas áreas».

Hermosa amiga, a todas se nos dificulta la obediencia. Hace varios años, cuando yo me alejé de Dios, pensé que era la mejor decisión que había tomado. Yo quería vivir en «libertad». Y Dios me dejó que siguiera, hasta que empecé a cosechar el resultado de mi decisión.

Él mismo me atrajo de regreso con cuerdas de amor. Entonces, me perdonó, me limpió y me restauró (claro que el proceso seguirá por toda la vida). He podido vivir las bendiciones como resultado de mi decisión de obedecerle.

Y aunque muchas veces me equivoco y no lo logro, Dios no me descarta. Él sabe que mi corazón está dispuesto a ser formado.

Gracias a Él que su plan para nuestras vidas no está condicionado por nuestras decisiones, sino por sus propósitos. La sangre de su Hijo Jesucristo sigue limpiando y nuestro Padre no se arrepiente de llamarnos sus hijas.

Creo que hoy estoy escribiendo un dato de mi testimonio para que alguna mujer pueda sentir el amor de Dios llamándole de nuevo.

Obediencia y bendición van de la mano

Puede suceder que por razón de tu naturaleza humana desobedezcas y te apartes de Dios… y que vivas la consecuencia de tus actos.

Dios quiere que sepas que no todo está perdido: Él te invita a que rectifiques el camino y que te acerques con corazón dispuesto a obedecer y a seguir sus instrucciones. Te asegura que te devolverá tus bendiciones. Aquí lo dice su Palabra:

«El Señor se complacerá de nuevo en tu bienestar, así como se deleitó en la prosperidad de tus antepasados, siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios y cumplas sus mandamientos y preceptos». Deuteronomio 30:9, 10

Porque tú das pasos de obediencia y bendición empieza a fluir del corazón de Dios para ti.

Él se gozará sobre ti nuevamente cuando comiences a obedecerle con todo tu corazón y busques amarle por sobre todas las cosas.

Así que vuélvete a tu Señor con tu corazón decidido a seguir sus instrucciones, y te recibirá con los brazos abiertos con un amor incondicional.

Anímate, porque Dios es un Dios de oportunidades y siempre está dispuesto a recibirte, perdonarte y bendecirte como lo hizo conmigo; porque Él nunca dejará de amarte, siempre estará deseando tu bien. No olvides que para Dios tú eres lo más importante.

Querida cazadora, estoy segura que ahora te será fácil combinar obediencia y bendición en tu vida, porque estarás agradando el corazón de nuestro Dios.

También te ayudará leer: Obediencia a Dios

Si este mensaje te ha bendecido, compártelo en tus redes sociales con los botones en color rosa que están aquí abajo. Si deseas recibir los mensajes en tu correo, deja tus datos en el botón «Suscribirse».

Deseo que Dios te guarde y te bendiga siempre, tu amiga,

Lidia E. Cames

Síguenos en Instagram: @arcoirisdepromesas