Esta es una promesa de perdón y prosperidad. Una promesa fiel y verdadera para todos los que se acercan a Dios con corazón humilde y con el deseo de agradarle.
«El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia». Proverbios 28:13
Cuando dice que «el que encubre sus pecados no prosperará»… entendemos que el que los confiesa y los abandona sí será prosperado, al mismo tiempo que será perdonado.
La prosperidad en todo lo que hagas es consecuencia de arrepentirse, confesar y abandonar el pecado… El primer paso a la prosperidad es saberte perdonada, salva y libre.
Y es que la bendición está muy unida a la obediencia a Dios.
Así que dejemos que el Espíritu Santo nos revele algún pecado, desobediencia o rebeldía que nos esté impidiendo recibir todas las bendiciones que Dios tiene para nosotros:
Tal vez haya en tu vida algún hábito escondido que tú sabes que a Dios no le agrada…
Tal vez no esté tan escondido… pero no te has dado cuenta que es pecado… o quizá no puedes dejarlo.
No te atormentes… por medio de Jesucristo, Dios te da la gracia para abandonar el pecado cuando vas delante de Él, y le declaras tu falta y tu necesidad de rectificar.
Ya no luches en tus fuerzas… confiesa tu pecado decide apartarte y el Señor te ayudará a alejarte. Él te hará libre de aquello que te está causando daño y debilitando tu relación con Dios. Él ordenará tu
vida según su voluntad.
Sólo esfuérzate… sé valiente para confesar… y firme para rectificar.